El martes fue un día intenso para el sector automotor en la Argentina. A la mañana, se presentó el plan estratégico para 2030 (ver más) con la que las terminales radicadas, autopartistas y sindicatos le pidieron al gobierno una ley que permita el desarrollo de una actividad que podría desaparecer de no pegar un volantazo.

A la reunión asistió el Presidente Alberto Fernández, que agradeció la invitación, dejó un par de frases esperanzadoras pero ninguna promesa de revisar tanto la matriz productiva como la impositiva, una de las grandes preocupaciones de ADEFA.

Sin embargo, esa misma tarde, trascendió que el impuesto interno volverá a tributar desde la primera escala, afectando a modelos que estén por encima de 1.750.000 pesos (ver más).

Ayer, lo que en principio iba a ser una reunión de cara al plan 2030, con mucho para analizar a futuro, volvió a convertirse en un reclamo inmediato por la modificación impositiva.

Sin embargo, no hubo ninguna definición de importancia entre las autoridades de la Asociación de Fábricas de Automotores y el Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas

Según el comunicado de ADEFA, en la reunión de la que también participó el secretario de Industria, Ariel Schale, se repasaron los datos del sector y se compartió la preocupación y los desafíos respecto del impacto de las medidas incluidas en el Proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva enviado al Congreso.

De la reunión participaron Gabriel López, de Ford; Federico Ovejero, de GM; Daniel Herrero, de Toyota; Cristiano Rattazzi, de FCA; Marcus Cheistwer, de Iveco; Manuel Mantilla, de Mercedes-Benz; Cesar Luis Ramírez Rojas, de Scania; Thomas Owsianski, de Volkswagen y Rodrigo Perez Graziano, de PSA.