El modelo se presenta con una única versión de equipamiento y motor híbrido, el mismo del Corolla y el Prius. Es el único de su segmento.
Toyota sigue ampliando su oferta de modelos híbridos. Al clásico Prius, le sumó este año el Rav4 (ver prueba), el Corolla (ver contacto) y ahora es tiempo del C-HR, importado de Turquía.
El modelo, que mide 4,39 metros de largo, 1,80 de ancho, 1,57 de alto y 2,64 entre ejes (el baúl es de 377 litros), se ubica en el segmento B y tiene como rivales a los modelos regionales, pero también al DS3 Crossback o el Hyundai Kona, aunque claro, ninguno de ellos tiene una opción híbrida.
El motor es un 1.8 de 122 CV (uniendo las potencias del naftero y el eléctrico), la caja es automática, la tracción a las ruedas delanteras y la suspensión posterior independiente.
Gracias a su propulsor, paga solamente el 5 por ciento de arancel extrazona, algo que le permite competir sin tantas desigualdades antes los productos regionales.
El equipamiento incluye siete airbags, control de estabilidad, faros biled, encendido automático de luces, llantas de aleación de 17″, climatizador bizona, sensor de lluvia, tapizado de cuero, butaca eléctrica, control crucero, estacionamiento asistido, freno de mano eléctrico, acceso y arranque sin llave, pantalla táctil de 7″ con cámara y sensor de estacionamiento delantero y trasero.
La única versión disponible cuesta 37.500 dólares (un poco más alto que el Corolla híbrido, que está más equipado) y tiene la garantía de 5 años o 160.000 km. Hay nueve colores disponibles: dos tipos de blanco, tres de gris, negro, azul, rojo y naranja.
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