El downsizing se viene aplicando desde hace varios años fundamentalmente en Europa. En nuestro mercado, como suele ocurrir, la penetración es más lenta y pausada.

Esta movida la idearon las automotrices para hacer frente a los cada vez más rigurosos controles de emisiones, produciendo motores más chicos, con menos cilindros y por ende, cilindradas más pequeñas, generalmente asociadas a un turbo, aunque no siempre.

Además de bajar las emisiones, estos motores, cuando tienen turbo, proponen mejores consumos que sus pares de igual potencia pero cilindradas más grandes.

Pese al retraso, ya son más de diez los modelos que vienen con motores de tres cilindros, repartidos entre los que se producen en Brasil y los que importamos de Europa y China.

En los próximos días, DS va a estar lanzando el nuevo 3 Crossback, el primer SUV compacto de la marca. Aunque no sabemos qué opción será la elegida, en el Viejo Continente lleva un 1.2 de 3 cilindros como única opción naftera, siempre con turbo y con potencias de 102, 131 y 156 CV. La marca ya ofrece ese motor en el clásico 3 hatchback, con la opción 1.2 de 110 CV

Otro que llegará, pero a fin de año, es el Chevrolet Onix, que sumará dos motores de 3 cilindros a la gama: un 1.2 aspirado de 90 CV y un 1.0 turbo de 116 CV.

Los que ya están en el mercado con origen europeo son de Audi (1.0 turbo de 116 CV en el flamante A1) y BMW (1.5 turbo de 136 CV tanto en el BMW Serie 1 como en los Mini Cooper, Clubman y Countryman).

De Brasil nos llegan los de Ford (1.5 de 123 CV en los EcoSport y Ka), Renault (1.0 de 66 CV en el Kwid) y Volkswagen (1.0 aspirado de 75 CV y el mismo con turbo y 101 CV, ambos en el Up).

En tanto, de China hay un representante que compite contra los Kwid y Up con la misma receta. Se trata del Chery QQ, que viene con un 1.0 de 68 CV.