Nissan lanzó en Europa la esperada segunda generación del SUV que estrenó en 2010, en un tiempo en que los Sport Utilities chicos no eran moneda corriente en el Viejo Continente.

El Juke mantiene el particular estilo del original, con ópticas circulares acompañadas por “cejas”, aunque la disposición es más tradicional, ya que antes éstas iban casi sobre el capot. También están presentes la línea de cintura alta, manijas traseras disimuladas en el parante y ruedas de buena tamaño (pueden ser de hasta 19″ en este nuevo modelo).

Sin embargo, el modelo se vuelve más racional, con mayor espacio en las plazas traseras (una deuda del anterior) y el baúl (que crece de 354 a 422 litros). Esta nueva generación es 7,5 cm más larga, 4 cm más ancha y 3 cm más alta, con una distancia entre ejes 11 cm mayor.

También hay muchas novedades puertas adentro, ya que el diseño había quedado bastante retrasado en modernidad. El nuevo interior gana elementos en el color de la carrocería, una pantalla “flotante” y un diseño que ya hemos visto en otros modelos de la marca.

A diferencia del anterior, no hay, al menos por ahora, versiones diesel o con tracción integral en la gama. La única motorización es un 1.0 turbo tricilíndrico de 117 CV con tracción delantera y caja manual de seis marchas o automática de doble embargue y siete velocidades.

Si bien el Juke estuvo muchas veces con chances de llegar al mercado argentino, esa posibilidad nunca se concretó por los vaivenes del cambio, los impuestos internos y el hecho de que se produjera en Inglaterra. Nada de eso ha cambiado, con lo cual es muy difícil que esta nueva generación pueda hacerlo.