Un informe del sitio estadounidense Autoblog da cuenta de un extraño fenómeno que se está produciendo en la industria automotriz a nivel mundial.

Pese a que en los principales mercados se venden cada vez menos autos, las automotrices, en paralelo, cada vez tienen mayor capacidad productiva.

Por ejemplo, las ventas en China, el mayor mercado mundial, han disminuido un 14 por ciento con respecto a 2018. En Europa Occidental ese porcentaje es del 3,5 y en Estados Unidos, al que mejor le va de este trío, la caída es del 2 por ciento.

Sin embargo, la mayoría de las automotrices está construyendo nuevas fábricas o planea levantarlas en un período próximo.

También es cierto que se están cerrando muchas instalaciones en todo el mundo. pero según Arthapan, una empresa de análisis global, si bien habrá 14 cierres de fábricas en 2019, se abrirán otras 50, dando un balance de 36 nuevas plantas en todo el mundo.

Lo más desconcertante del caso es que las previsiones estiman una venta global disminuida en 2 millones de unidades para 2019, pero la capacidad industrial instalada crecerá 3.6 millones.

Se estima que hoy en día la capacidad ociosa de la industria automotriz global es de 45 millones de unidades, nada menos que un 34 por ciento del total.

Este fenómeno se repite en China, donde el mercado viene cayendo a un ritmo de 1 por ciento anual en los últimos tres ejercicios, pero la capacidad de producción aumentó un 6 por ciento. En paralelo, Estados Unidos aumentará de aquí a 2026 1.3 millones de unidades su capacidad instalada.

Sin una explicación concreta para lo que está sucediendo, en los últimos meses Nissan anunció un recorte del 10 por ciento de su fuerza laboral (12.500 personas), mientras que Ford hará lo propio con unos 7.000 trabajadores.