En octubre, una noticia publicada en AutoWeb (ver nota) adelantó lo que se confirmó el mes pasado: Mercedes desistió de producir la Clase X en la planta cordobesa de Santa Isabel, donde también se fabrica la Nissan Frontier y debería estarse fabricando la Renault Alaskan.

Tras meses de negociaciones, Mercedes comunicó oficialmente que la producción nacional no se concretaría por diferentes razones, en las que el complicado contexto económico parecía ser la principal razón del desacuerdo.

Sin embargo, el nuevo presidente de Mercedes Argentina, Manuel Mantilla, le aseguró al diario Clarín que la fabricación en Latinoamérica era el segundo paso de este proyecto, y que el por qué acerca de la suspensión “probablemente sea una pregunta para Nissan”.

Mantilla, quien es el primer presidente argentino de la filial local, señaló que finalmente “no se pudo lograr un acuerdo entre Daimler y Nissan”, responsabilizando a la firma japonesa por la caída de la producción de la Clase X.

El directivo también confirmó que la importación del modelo desde España no es parte del proyecto y que sí importará desde ese país la Vito, que dejó de producirse en Virrey del Pino este año.

La empresa apunta ahora todos los cañones a la producción local de la nueva generación de la Sprinter, que aperecerá en el mercado antes de fin de año.