A diez meses de haberlos bajado de 6,5 a 2,5 por ciento, el gobierno retrotrajo la medida y subió los reintegros a las exportaciones de vehículos.

Esta medida, que afectaba a las exportaciones dentro del Mercosur (donde se destina la gran mayoría de la fabricación nacional), terminó siendo contraproducente y bajaron tanto los niveles de producción como de envíos al exterior.

Varias automotrices se quejaron off the record, señalando que perdían dinero con cada unidad exportada a Brasil, un mercado que está creciendo y que demanda mayor cantidad de unidades.

Según el gobierno, la adecuación de los niveles de reintegros aplicables a las posiciones arancelarias intrazona tiende a revertir este proceso, considerando que que el 60 por ciento de la producción automotriz local se exporta y que, dentro de ese porcentaje, el 70 por ciento de los destinos pertenecen a países que conforman el Mercosur.

“Esta medida permite reformular las proyecciones sobre las cuales veníamos trabajando en la actividad sectorial, por lo que es una decisión muy importante para reanudar el rumbo previsto sobre el que el sector había realizado las inversiones en los últimos años”, señaló el secretario de Industria, Fernando Grasso.