En un fallo inédito, la firma china Jiangling deberá indemnizar a la empresa británica y dejar de fabricar y vender su clon local de la Evoque.
Cuando alguien se inicia en una industria, es lógico que se copie de lo establecido. Pero las automotrices chinas han ido más allá en muchos casos, plagiando descaradamente decenas de diseños de occidente.
Pese a los muchos juicios iniciados, en general las firmas asiáticas eran avaladas por su propio gobierno, y la justicia desestimaba cualquier acción, al menos en territorio chino.
Sin embargo, Land Rover acaba de ganar un juicio por plagio a la empresa Jiangling, la creadora de uno de los clones más famosos, el Landwing X7, que copiaba casi al detalle las líneas del Range Rover Evoque.
A tres años de iniciado el juicio, un tribunal de Beijing condenó a la firma china en una suma que no fue revelada, pero además determinó que la producción y ventas del modelo deben cesar de inmediato. La copia fue tan fiel, que en 2017 el Landwing recibió un lavado de cara que podrá seguir a la venta.
No es la primera vez que una marca occidental demanda a una china, pero sorprende la velocidad con la que ganó el juicio. Honda estuvo 12 años para lograr un resultado similar.
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