La historia eléctrica de Nissan

La historia eléctrica de Nissan

La marca nipona tiene al eléctrico más vendido del mundo, pero también una rica historia. Repasamos 14 modelos con distintas soluciones.

La marca japonesa cuenta con un rico legado en cuanto a vehículos eléctricos: no solo se ha posicionado como referente del tema gracias al Leaf, sino que desde la década de 1940 ha desarrollado diversos modelos que han traspasado convencionalismos y dan una muestra de la movilidad del futuro.

Te presentamos algunos de los proyectos eléctricos más importantes en la historia de la marca, elegido por la propia empresa entre muchos otros que también se destacaron por su condición de eléctrico.

El primero es de 1940 y fue desarrollado por ingenieros de aviación militar. Utilizaba baterías de plomo-ácido reemplazables que generaban 3,3 kW y una velocidad máxima de 35 km/h, ofreciendo 65 km de autonomía. El Tama proporcionó una solución a la escasez de petróleo en Japón y, hasta 1950, también sirvió como taxi.

Presentado durante la 25ª edición del Auto Show de Tokio, el March EV de 1987 presentaba un innovador sistema de propulsión eléctrica y tecnologías, con un motor de inducción y una transmisión electromagnética de dos marchas. Como resultado, la batería generaba una autonomía de 160 km a una velocidad constante de 40 km/h.

El Prairie EV de 1996 fue el primer vehículo eléctrico del mundo con una batería de ión-litio cilíndrica. Una de las aplicaciones más inusuales fue como vehículo de apoyo para el equipo japonés de Exploración del Polo Norte, el cual requería una unidad que no generara emisiones para no contaminar los datos de investigación.

Aunque no lo creas, Nissan produjo 219 unidades del Hypermini Electric entre 1999 y 2001. Este modelo contaba con baterías de iones de litio que ofrecían una autonomía de aproximadamente 114 km con una carga. El motor eléctrico llevaba al diminuto biplaza a una velocidad máxima de 100 km/h.

El Altra EV fue una variante del R’nessa en Japón. Unas 200 unidades se produjeron entre 1998 y 2002, y se utilizaron principalmente como flota para empresas de servicios eléctricos. Utilizaba baterías de iones de litio, su velocidad máxima era de 120 km/h y ofrecía una autonomía de 193 km con una carga de cinco horas a 200 V.

El Pivo de 2005 contaba con una cabina que giraba 360 grados y cuatro ruedas directrices, eliminando la necesidad de ir en reversa. Ofrecía tres plazas y una serie de tecnologías de fácil uso, incluyendo el Monitor de Visión Periférica (el cual se ofrece en varios modelos actuales de Nissan) que reduce los puntos ciegos.

El Nuvu de 2008 llevaba una batería laminada de ion-litio, e incluía muchas de las tecnologías que después formarían parte del Leaf. Incluía paneles solares en todo el techo de vidrio y el uso de materiales orgánicos y reciclados dentro de la cabina. Con solo 3 metros de largo, ofrecía un disposición de los asientos 2 + 1.

Antes de vender 380.000 unidades, el Leaf también fue un prototipo nacido en 2010 que mantuvo casi en su totalidad las líneas de diseño cuando pasó a la producción en serie. Luego llegó la segunda generación que es la que actualmente está en preventa en la Argentina.

El TeRRA de 2012 combinaba dos fortalezas de Nissan, como son el segmento de SUV y el de los vehículos eléctricos. Con un innovador motor eléctrico de celdas de combustible con tracción integral, el TeRRA demostraba que la movilidad sustentable puede también surcar terrenos complicados.

Para 2014, Nissan presentaba su primer vehículo comercial totalmente eléctrico. El e-NV200 puede viajar hasta 170 km con una sola carga y la batería puede ser recargada hasta el 80 por ciento en menos de 30 minutos. Además de cero emisiones, los usuarios también se benefician con la reducción de los costos de mantenimiento.

Al combinar la inteligencia artificial y la tecnología eléctrica, el IDS buscaba ser un referente en cero emisiones, pero también en cero accidentes. Posee dos modos de conducción, uno autónomo y otro manual, en el que los asientos se orientan hacia adelante, el volante reaparece y la iluminación cambia para estimular la concentración.

El BladeGlider de 2016 tiene otra combinación: une las cero emisiones con el desempeño deportivo, en un revolucionario diseño. La velocidad máxima supera los 190 km/h gracias a dos motores eléctricos ubicados en las ruedas traseras, de 130 kW cada uno. La batería es de cinco módulos de iones de litio de 220 kW.

Este crossover de 2017 logra una autonomía de más de 600 km. El conductor puede elegir conducir o bien usar la tecnología ProPILOT para disfrutar una conducción completamente autónoma. El IMx incluso es capaz de estacionarse por sí solo tanto para conectarse a la red eléctrica como para entregar electricidad a la red.

Presentado este año, el IMs es un “sedán deportivo elevado”, uniendo el mundo del confort, la deportividad y el desempeño en cualquier terreno. Una de sus principales características es el sistema Invisible-Visible, una interfaz 3-D donde el mundo real converge con el mundo virtual. Su autonomía es de 611 km.

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