Manejamos en Salta la versión con tracción integral de la pick up de Renault. Mecánica confiable y la falta de ESP como puntos destacables.
Cuando hace poco más de dos años la Oroch llegó al mercado, lo hizo inaugurando un nuevo segmento en el que prontamente también ingresó la Fiat Toro.
Pese a las similitudes (ambas son pick ups monocasco de tamaño intermedio entre Strada y Hilux y con cuatro puertas), las gamas nunca compitieron directamente: Oroch no tuvo diesel y Toro recién en unos días agregará la versión nafetra.
Además, un posicionamiento de precio superior del modelo de Fiat (justificado por equipamiento de confort y seguridad y una mayor calidad), les permitió convivir sin cruzarse demasiado.
Con esta nueva versión de tracción integral las cosas no cambian, porque la futura Toro naftera sólo vendrá con opción 4×2, manteniendo las diferencias que apuntábamos en calidad y equipamiento.
Así las cosas, la Oroch 4×4 seguirá siendo una alternativa válida tanto para quienes valoricen su dualidad de uso ante una SUV clásica como para los que vean la posibilidad de subirse a una chata doble tracción incluso más barata que una base 4×2 de las pick ups grandes. Los que tenían en mente una camioneta chica se fijarán en la 4×2 y no tanto en esta nueva opción.
Breve contacto
En la presentación llevada a cabo en Salta la manejamos brevemente, pero el contacto sirvió para reafirmar los puntos positivos y negativos que conocíamos tanto de la Oroch 4×2 como de la Duster 4×4, de donde toma todo el sistema de tracción.
Instalada en el mercado, la Oroch tiene en su espacio interior uno de sus puntos más atractivos. No hay comparación en términos de habitabilidad contra las pick ups chicas de doble cabina (Strada y Saveiro, que para colmo tienen un acceso complicado a las plazas traseras) y ofrece mejor lugar que la mayoría de los SUV de su precio. En las pick ups grandes hay más espacio, pero tampoco suelen ser muy cómodas.
Lo malo del interior se ve en una calidad mejorable (que ha ido mejorando, pero sin llegar al nivel de una HR-V, por ejemplo) y en cierta antigüedad de la ergonomía. Por ejemplo, el equipo multimedia (que sigue sin tener Android Auto y Carplay) queda bajo, obliga a quitar mucho la vista del camino y según el día, no es tan fácil de visualizar.
El camino no permitió elevar demasiado la velocidad como para comprobar una mejora en la insonorización, pero sí para corroborar el buen desempeño del clásico motor 2.0 de 143 CV unido a la caja de seis marchas, que como la Duster 4×4, cuenta con una primera bien corta para facilitar el desempeño en terrenos complicados.
Esa fue otra parte del test drive, inmersos en un camino casi selváticos, con mucho barro. Allí el sistema de tracción ya conocido en el SUV volvió a aprobar el examen, con un impecable desempeño del modo Lock que bloquea el reparto de fuerzas a ambos ejes.
En lo dinámico, la Oroch 4×4 repite el buen desempeño tanto en ciudad como en terrenos desparejos, gracias al buen trabajo de la suspensión posterior independiente. En la ruta muestra algunas inclinaciones y más allá de que no comprometan la maniobra (salvo correcciones violentas) es allí donde más se extraña la ausencia del ESP que viene arrastrando la familia (salvo por el Sandero RS) desde su nacimiento.
Para mantener un precio contenido, en confort la Oroch tiene lo justo (pantalla táctil, control crucero y sensor de estacionamiento), pero no agrega extras como una cámara de retroceso o climatizador automático, elementos que ofrece una Captur, por ejemplo.
La gama se compone de dos versiones (ver detalle), con precios de 697.600 pesos para la Dynamique y de 746.300 para la Outsider Plus que agrega elementos decorativos y de confort. Son precios bien competitivos, que aun con los faltantes mencionados, ponen al producto como el 4×4 más económico del mercado.
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