Hasta la llegada de la EcoSport, los SUV eran vehículos de mayor tamaño y con pocas chances de ser adquiridos, por su condición de importados, en tierras sudamericanas. A fines de los 90 Fiat ya había introducido la gama Adventure, pero el modelo de Ford planteó una gran diferencia: un producto realizado desde cero, si bien  tomaba prestada la plataforma del Fiesta.

Fue parte del proyecto Amazon, que comenzó cuando se iba el milenio y el Fiesta veía llegar su quinta generación. En Europa, en 2001, apareció un concepto que adelantaba las formas. Se llamaba Fusion y casi sin modificaciones llegó a ser vendido en el Viejo Continente como una minivan que se insertaba en el creciente mercado de los monovolúmenes compactos.

La EcoSport planteó algunos cambios en el sector posterior, con una tercera ventanilla bien definida, faros pequeños que no seguían la línea del Fiesta (elevados y al costado de la luneta) y el auxilio colgando del portón de apertura lateral. Tenía un despeje generoso, amplios pasarruedas y portaequipajes.

Debutó en 2003 y ese mismo año, hace quince primaveras, llegó a la Argentina. Lo hizo con dos motores: un 1.6 de 98 CV y un 2.0 de 145 CV nafteros y un 1.4 TdCi de 68 CV como opción diesel. Un año después arribó la versión 4×4 con el motor 2.0.

Cuatro años después apareció el restying que actualizaba fundamentalmente la trompa, con faros que dejaban el formato original, además de sutiles modificaciones en el interior como la radio doble din. Y en 2010 hubo otra refrescada, más pequeña, en la parrilla, llantas.

Pese a su tremendo éxito, a las demás marcas les costó generar un rival de peso para la EcoSport. Solo la Renault Duster le hizo frente a esa primera generación.

En 2012 llegó la segunda, que debido al éxito en Sudamérica pasó a venderse en China, India, Europa y Estados Unidos. Es decir un modelo global.

El diseño se renovó por completo, pero mantuvo la esencia de pequeño SUV. Esta vez compartía plataforma con la sexta generación del Fiesta.

El 1.6 pasó a entregar 110 CV, el diesel pasó a ser un 1.5 de 90 CV y el 2.0 se mantuvo con 145 caballos. Apareció la caja automática de seis marchas y también permaneció la opción con tracción integral.

Cinco años después apareció el rediseño que modificó la trompa, pero renovó profundamente el interior, con nueva pantalla táctil.

También debutaron nuevos motores: la base de la oferta quedó para el 1.5 tricilíndrico de 123 CV, el 2.0 pasó a contar con inyección directa y 170 CV y el diesel mejoró su potencia hasta los 100 CV.

Ahora los rivales aparecen en cada marca: además de la competencia china, en la región se producen los Chevrolet Tracker, Citroën C4 Cactus, Honda HR-V, Nissan Kicks, Peugeot 2008, Renault Captur y, próximamente, el VW T-Cross.

Pero por más competencia que exista, la EcoSport quedará para siempre en el recuerdo de haber creado un segmento que hoy es demandado a nivel global: el de los SUV compactos.