Como el Beetle, el Mini o el 500, el Land Rover Defender tendrá una nueva generación con muchos guiños al original en cuanto a diseño, pero tendrá poco y nada que ver con el espíritu original del modelo.

Autoblog cazó al modelo en pruebas en Europa con la carrocería definitiva, aunque con un intenso camuflado que aun deja lugar para la imaginación.

Sin embargo, el capot recto, las ventanillas cuadradas y la inclinación del párabrisas dejan en claro que el anterior Defender permanecerá vivo en esta nueva camada.

Aunque el slogan del propio prototipo es Best4x4xFar (mejor 4×4 por lejos), lo cierto es que el Defender ya no será tan duro como el original. Tendrá suspensiones independientes en ambos trenes y estructura monocasco, aunque eso ya no sea un impedimento para producir un verdadero todo terreno.

Lo que sí seguramente abandonará el nuevo Defender es ese aspecto despojado del original y se posicionará, como los otros retro modelos, en una categoría mucho más elitista.

Habrá, como hasta ahora, versiones de distinto largo entre ejes para crear opciones de tres y cinco puertas, además de una pick up.