DISEÑO/ESTILO

Durante los días de prueba escuchamos opiniones encontradas en torno a la estética del Spin. En el frente, adopta la imagen global de la marca con una gran parrilla dividida y, si se quiere, cierto aire SUV. Las ópticas se extienden sobre el lateral, mientras que las llantas de aleación son de 15 pulgadas, y atrás los faros recuerdan al Agile.

Todas las molduras son en color carrocería y cuenta con barras en el techo, detalle que con el accesorio adecuado puede ser una “solución” al tema del equipaje si los que se van de vacaciones son siete personas. El Spin mide 4,36 metros de largo (5 cm más que un Zafira) y la distancia entre ejes es de 2,62 metros (7 cm menos que en un Zafira).

INTERIOR/CONFORT
Ya frente al volante, lo primero que se advierte es una postura elevada (típica de monovolumen), a pesar de la regulación en altura de la butaca. El instrumental combina un tacómetro analógico con un velocímetro digital, y carece de indicador de temperatura de agua. Los materiales, todos plásticos rígidos, están dentro del promedio de calidad de un vehículo del segmento B, con algunas terminaciones que podrían ser más esmeradas.

En la segunda fila de asientos el espacio es justo, no sobra nada. Además, quien viaje sentado en el medio no cuenta con apoyacabezas. Rebatir esta hilera es muy sencillo: con una palanca cae el respaldo y con la otra se pliegan cojín-respaldo contra el asiento delantero. Hecho esto, acceder a la sexta y séptima plaza es una maniobra simple. Y allí la habitabilidad para dos niños es correcta.

Como crítica, aunque sin olvidar que se trata del monovolumen de siete plazas más accesible del mercado, podría ofrecer aunque sea en opción alguna variante con mayor versatilidad, como una segunda fila corrediza o la posibilidad de dejar un piso de carga plano, como ocurría en el Zafira.

El volumen de carga es generoso, con 553 litros si viajan cinco pasajeros y un máximo de 1.608 con las dos filas plegadas y hasta el techo. Con siete personas el volumen, como ocurre siempre en vehículos de tres filas, disminuye considerablemente a 162 litros. Bajo el piso del baúl se aloja la rueda de auxilio temporal, pero merecería una de medida original.

El equipamiento de confort es completo si tenemos en cuenta su precio, se destaca el equipo de audio con CD, MP3 entradas USB, AUX y comando satelital desde el volante, el ordenador de a bordo y el sensor de estacionamiento, entre otros. Como faltante se puede mencionar el cruise control.

MOTOR/PRESTACIONES
Conocido por montarse en otros modelos de General Motors, el 1.8 de 8 válvulas y 105 CV a 5.600 rpm tiene entre sus virtudes la confiabilidad y la buena disponibilidad de torque.

Son 16,4 kgm a 3.200 rpm, pero que en la práctica se sienten al superar las 1.500 “vueltas”, lo que lo hace elástico y de respuesta ágil en ciudad, donde no es necesario hacer uso constante de la caja de cambios, que ofrece un selector muy suave, de recorridos cortos y saltos marcados.

El Spin acelera de 0 a 100 km/h en 12,5 segundos, recupera de 80 a 120 km/h en unos 12, y alcanza una velocidad máxima de casi 170 km/h. Son valores coherentes para su potencia y peso, aunque quienes viajen mucho y muy cargados extrañarán una variante más potente.

El punto flaco de este motor, y donde influye el hecho de que no es de los más modernos, es el consumo, ítem en el que registró más de 10 litros cada 100 km yendo a 130 km/h y 12 litros en ciudad, ambos valores elevados.

COMPORTAMIENTO
En ciudad es donde más cómodo se mueve el Spin. Con un esquema de suspensiones orientado al confort, se muestra robusto y absorbe bien las irregularidades del camino. Aplausos para el chapón protector de cárter y el selector, de recorridos más bien cortos y preciso en la conexión de las marchas. La visibilidad es correcta hacia atrás, pero más limitada en los tres cuartos delanteros, donde se entromete el parante.

En ruta siente los vientos cruzados y aunque se inclina al doblar, no manifiesta reacciones inesperadas. El motor trabaja a un régimen elevado (a 130 km/h reales viaja a 4.200 rpm), por lo que a velocidad de autopista su rumorosidad se empieza a filtrar en el habitáculo, pero sin llegar a comprometer la acústica.

SEGURIDADEn la prueba de frenado el Spin se detuvo en 44 metros, distancia que está en el límite de lo tolerable, con un ABS de buen funcionamiento, aunque con un pedal que exigido al máximo “se va al fondo”.

La dotación en este rubro la completan el doble airbag, los faros antiniebla delanteros y traseros, los seis apoyacabezas e igual número de cinturones inerciales (el de la plaza central de la segunda fila es abdominal).

Por tratarse de un vehículo netamente familiar debería incluir también ganchos isofix para las sillitas de los niños, así como séptimo apoyacabezas y cinturón inercial. Al menos en opción también podría ofrecer airbags laterales y de cortina, y por qué no un control de estabilidad.

PRECIO/COMPETENCIA
El valor de esta unidad de prueba, LTZ manual de siete plazas, es de 106.800 pesos, con una garantía de dos años sin límite de kilometraje. Al estar desarrollado sobre una plataforma B, tanto en la segmentación como en precio se ubica por debajo de los tradicionales monovolúmenes de siete plazas, como ser un Citroën Grand C4 Picasso, que deriva de un auto del segmento C.

Es por esto mismo que el Spin de siete plazas no tiene un rival directo en nuestro país. Por precio el que más se acerca, incluso con otro concepto, es un Renault Kangoo con siete plazas, que en su nivel de equipamiento Authentique Plus se comercializa a 99.000 pesos.

Es por lo antedicho que el producto de Chevrolet intentará aprovechar uno de sus mayores diferenciales, que es el de ofrecer siete plazas a un precio muy tentador. Un nicho poco explotado en Argentina, por lo menos hasta ahora.